Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Las conversaciones chatarra son aquellas que no nos dejan nada de aprendizaje, pero sí un daño que muchas veces es irreversible, sobre todo por la pérdida de tiempo que sin duda ocasionan. Este tipo de charlas nos llevan a tener relaciones chatarra, también; es decir, tener compañía con personas que no nos dejan nada útil, pero sí muchos problemas. Es común tener charlas chatarra a cualquier hora del día en el trabajo con compañeros, y hasta con clientes o proveedores. Las pláticas chatarra deben evitarse ya que hoy en día no hay tiempo que perder para hacer el trabajo mejor, más rendidor, más productivo y de mejor calidad, porque todos los días la competencia crece a grandes pasos, y lo mismo sucede con las personas, cada vez hay más gente preparada, con mayor talento y más competitiva. Es una pena estar en un banco, por ejemplo, haciendo fila, y ver cómo dos cajeras platican entre sí, la mayoría de las veces de cosas que no tienen nada que ver con su trabajo. Lo mismo vemos entre el personal de enfermería en hospitales, anaqueleros en supermercados, empleados de mostrador en todo tipo de comercios, etc. Las pláticas chatarra también suelen darse entre personal gerencial y ejecutivo en empresas de todos tamaños, tanto públicas como privadas. Lamentablemente son inevitables por lo atractivo de su contenido sobre todo cuando se trata de comunicar con dolo lo mal que le ha ido a alguien más, ya sea porque lo regañaron, castigaron o despidieron. Imposible resistirse a contarlo o escucharlo. Las conversaciones chatarra se dan en grupos de dos o más personas, presencialmente o por teléfono, y hoy las redes sociales se encargan de esparcir información para bien o para mal, con la velocidad de la luz, principalmente a través de Whatsapp y Twitter , aplicaciones que se han convertido en el mayor enemigo de la productividad en las empresas que permiten que sus trabajadores ingresen con sus celulares. Mire el celular de cualquier persona en el trabajo, en la calle, en los restaurantes, en las tiendas, en el camión urbano, en salas de espera, en donde quiera y lo que verá es el formato de conversaciones de Whatsapp o Messenger Facebook, lo que significa que están chateando. Esta es la nueva forma de matar el tiempo, pero también de desperdiciarlo en horas de trabajo. Si usted es de las personas que se quejan de que nos les alcanza el tiempo para hacer sus labores, pregúntese cuánto tiempo desperdicia en charlas chatarra, pero sobre todo cuánto tiempo pierde en chats chatarra por cualquiera de las redes sociales. Si esto le está haciendo ser improductivo, concéntrense únicamente en cumplir puntualmente con sus compromisos de trabajo y olvídese de participar en pláticas que no le dejan nada bueno, ponga su celular en vibrador, apague las alertas, o de plano déjelo lejos de su alcance. Si bien las nuevas tecnologías computacionales han nacido para ayudarnos a ser más productivos, no debemos perder de vista que éstas juegan un papel primordial en la vida cotidiana social, lo que inevitablemente nos hace distraernos y dejar de lado cosas importantes como el trabajo y actividades relacionadas directamente con la vida familiar y de pareja. No olvide, la vida es más que una charla chismosa e intrigosa y que un chat cargado de contenido sin valor para nuestro desarrollo personal, laboral y profesional.