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Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana

EMPRESAS DE EXITO

AL BORDE DE UNA NUEVA REVOLUICÓN

Hay personas que añoran los viejos tiempos del siglo pasado, en que la vida era más tranquila, más segura, y más llevadera. Se vivía mejor por la carencia de sobresaltos que generan la emisión de noticias de todo tipo en prensa, radio y televisión, pero aun así el éxito llegaba. Los primeros 30 años del siglo pasado, no fueron precisamente los mejores, debido a la inestabilidad política de la época. Recordemos que hasta 1910 se vivieron treinta años de dictadura con Porfirio Díaz. De los años treinta a los sesenta se puede decir que hubo cierta paz y tranquilidad, este periodo de 40 años fue como la incubadora de un patrón político de gobierno que aún nos está cobrando una factura muy cara, y nos está arrojando una vez más a un escenario doloroso de pobreza, violencia, y retrazo en todos los campos, principalmente del saber, la cultura, educación y desarrollo social, en el estricto sentido de tener un mejor nivel y calidad de vida. De los setenta al 2000, contamos treinta años de crisis y deterioros económicos y sociales. Setentas, ochentas y noventas, fueron años de desequilibrio, inestabilidad, inseguridad e incertidumbre, provocando duros golpes a la confianza y credibilidad de los gobernantes, sistema político, y desconfianza entre la misma población. El siglo 20 se puede definir como un centenar de años donde no se pudo sacar a los pobres de su pobreza, que era uno de los principales propósitos de la Revolución de 1910; ni hubo logros plenos en materia de justicia y dignidad social. Son cien años desperdiciados, ante la complacencia de todos. Cien años de sometimiento e intimidación de gobiernos paternalistas y autoritarios. Los primeros diez años, por una dictadura productiva, pero absurda. Los siguientes 20, por una guerra revolucionaria con liderazgos fugaces, transitorios, traicionados, acotados, inmaniobrables y mortales. Los siguientes cuarenta, por el autoritarismo, prepotencia, influyentismo y corrupción; y los últimos 30, por las crisis económicas recurrentes, inseguridad, manifestaciones públicas en contra de todo, aparición de ejércitos de liberación, secuestros, drogas, modas y cambios de conducta en las nuevas generaciones de jóvenes, que junto con el cine, la televisión y la música, marcan cambios drásticos nada comparables con lo que se vivía entre 1920 y 1970. Cien años que sin duda nos han dejado un legado inmenso de lecciones, como para que nadie vuelva a cometer los mismos errores; pero nos han dejado, también, un amargo sabor de boca al comprobar que no fueron suficientes para construir una nación fuerte, justa y progresista como lo prometieron todos los candidatos. Estamos por cumplir los primeros 15 años de un nuevo siglo, y las cosas no mejoran. La violencia y la corrupción política están causado un hartazgo en la población que nos pone en rieso de una nueva revolución mexicana. ¡Cuidado! Porque esto nos alejaría del éxito que tanto anhelamos.