Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Ciertamente, resulta complicado disfrutar de la vida y del trabajo al mismo tiempo, cuando no somos capaces de distinguir que el trabajo es parte de la vida, viéndolo sólo como una carga obligatoria y molesta que no podemos evitar. Y claro, que todo aquello que nos parece una carga molesta no puede permitirnos disfrutar del diario vivir. Disfrutar de la vida significa pasarla bien en el día a día, gozando de todo lo que nos rodea, de todo lo que hacemos, de las personas con las que estamos y de todo lo que nos sucede. Según el diccionario disfrutar significa experimentar gozo, placer o alegría con alguien o algo, por lo tanto es necesario imprimir diariamente este significado a todo lo que hacemos, incluyendo el trabajo. ¿Pero, cómo gozar del trabajo? Para empezar es importante saber que trabajar significa al menos dos cosas: 1. Realizar una actividad física o intelectual, en general de forma continuada, y recibir un salario por ello. 2. Realizar una actividad que requiere esfuerzo físico o intelectual. Si trabajar significa realizar una actividad, entonces podemos afirmar que todo el tiempo estamos trabajando en algo, incluyendo el trabajo remunerado que realizamos de manera formal y organizada y del que recibimos una paga ineludible, para poder comprar todo lo necesario para la manutención propia y de la familia. Para disfrutar realmente del trabajo es necesario, como primer requisito, que nos guste y nos apasione, al grado de no sentirlo como una obligación desagradable, sino como algo que nos permite sentir gozo, placer, alegría, buen humor y, por lo tanto, estar de buenas todo el tiempo. No gozar del trabajo nos hace sentir cansados, desesperados, angustiados, frustrados y desanimados, lo que trae como consecuencia que no disfrutemos de otras actividades o cosas de la vida como la convivencia familiar o entre amigos, paseos, viajes, etc. Como el trabajo es una actividad que toma al menos ocho horas diarias, durante seis días de la semana, es necesario que éste nos agrade, y nos sintamos a gusto en él. Es preferible esperar hasta dar con ese empleo que nos apasiona, y que muchas veces uno mismo puede crearlo al proponer ideas al patrón que nos contrata, siempre que estemos aportando valor a la empresa. Por otro lado, esto mismo se puede aplicar para las personas que son propietarios de empresas, o se auto emplean, es imprescindible que lo que hagan les guste y les apasione. Los empresarios no deben olvidar que su trabajo no es sólo hacer la parte comercial y administrativa, sino principalmente la de organizar y dirigir eficazmente a los trabajadores, para crear un ambiente de armonía y buena voluntad de modo que todos disfruten de lo que hacen todos los días. Si uno disfruta de su trabajo, prácticamente está disfrutando de la vida también. Si uno disfruta de la vida, disfruta de su trabajo, sin duda alguna.