Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda— ¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón te hundirás y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré? La rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: —Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo. Entonces, le dijo: —Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río. El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río. Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: —No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. El escorpión la miró y le respondió: —Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, debajo de las aguas. Esta fábula nos ilustra sobre la naturaleza de cada especie, y que incluye a la humana, cuya naturaleza es hacer el bien y triunfar. Esto explica el por qué de la insistencia de una persona por hacer o realizar algo, y que no tiene explicación. Todos hemos nacido con una naturaleza, que es también llamado talento, cualidad o habilidad. Es necesario identificarla porque se puede confundir con cosas que hacemos por costumbre por su repetición diaria o periódica. La naturaleza a la que me refiero es aquella que nadie puede impedir, ni uno mismo. Así como el escorpión picó de muerte a la rana porque su naturaleza e instinto se lo ordenaba, cada animal tiene algo que lo caracteriza, al igual que los seres humanos, pero en sentido positivo. Un periodista cuya naturaleza es buscar la nota, la entrevista, o algún suceso en particular, jamás dejará de hacerlo, ni siquiera pensará en retirarse; lo mismo sucede con los actores, artistas, bailarines profesionales, etc. Sin duda, también sucede a todos los trabajos, profesiones y oficios. Quienes hacen sus labores obedeciendo a una naturaleza, siempre lo realizan con gusto, amor y pasión; jamás reniegan del mismo, y se entregan al cien por ciento. Cuando uno ha descubierto su propia naturaleza, se congratula de haber nacido. Sabe con exactitud cuál es la misión de su vida, y su único destino es el éxito. Los invito a trabajar y a vivir respondiendo a la naturaleza que los hace sentirse totalmente satisfechos todos los días.