EMPRESAS DE EXITO

MÉXICO, UN PAÍS DE MUCHOS SOÑADORES CRÓNICOS Y POCOS EMPRENDEDORES

Es evidente que nuestro País no puede salir adelante, como cada mexicano quisiera, porque la gran mayoría sólo se dedica a soñar y a no emprender para concretar lo que tanto anhelan. México, y quizá el mundo entero, está colmado de personas que son muy buenas para imaginar una mejor vida, pero no actúan, no hacen lo necesario para emprender el camino que las conduzcan a la realización de sus sueños. Lo cierto es que perdemos mucho el tiempo en decir por qué no podemos tener una vida mejor, en lugar de utilizarlo para poner en práctica eso que tanto soñamos. Pasar el tiempo soñando sin actuar es equiparable a un vicio, ya que como resultado se obtiene un daño, principalmente el de quedar empantanados en una situación que no nos permite avanzar, ya sea por comodidad, desidia, o miedo al fracaso y a no lograr con éxito lo que se desea. De modo que podemos pasar la vida entera quejándonos y padeciendo un sin fin de problemas tan sólo por no creer que sí es posible tener una mejor vida. Todo sueño debe acompañarse de un espíritu inquebrantablemente emprendedor; es decir, no hay emprendedor sin sueño que lo impulse. Las personas que se la pasan soñando, sin hacer absolutamente nada para lograr lo que sueñan, son soñadores crónicos, que nunca logran nada porque se la pasan pensando que no vale la pena intentar algo porque no se puede. Un soñador crónico es altamente crítico con lo demás, todo lo ve mal, no confía ni es sí mismo, es muy poco cooperativo para trabajar en quipo, su trabajo es apenas satisfactorio, sino es que mediocre, teniendo una vida gris que no le permite crecer ni destacarse entre los demás. Un emprendedor se caracteriza por tener decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o implican algún riesgo. ¿Que es propio de estas personas? Una actitud dinámica, progresiva, acuciosa, e incansable. La mayoría de la gente se queja de que no les alcanza lo que ganan en el trabajo, pero no hacen algo por mejorar ese ingreso. Se atienen a lo que les pagan las empresas, cuando saben que teniendo su propio negocio podrían ganar más, pero no quieren batallar, prefieren ser empleados “mal pagados”, renegados, frustrados, y mediocres, perjudicando con esa actitud negativa a empresarios emprendedores que tuvieron la voluntad, y superaron obstáculos, e hicieron grandes sacrificios, para tener su propia empresa. El gran problema de México es que hay una sobrepoblación de soñadores crónicos que impiden a los emprendedores forjar las empresas competitivas que necesitamos para salir adelante todos como nación.