Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Trabajé para Bimbo del Pacífico, en Mazatlán, Sin., entre 1984 y 1988, sin duda una gran escuela para mí, después de haberme recibido de licenciado en Ciencias de la Comunicación en el Tec de Monterrey, donde tuve mi primer trabajo como profesor siendo un gran honor y reconocimiento que me hayan ofrecido impartir clases en tan prestigiado instituto, y más en aquellos tiempos que la educación superior era muy limitada. Allá en Monterrey, también fui maestro en la Universidad Regiomontana, y empecé haciendo pininos como comunicólogo en IMSA, Industrias Monterrey, la más importante empresa de lámina acanalada de la época. Como novato, tuve la suerte de trabajar siempre para empresas muy importantes de las que aprendí mucho. El primer curso de Calidad al que asistí fue en Bimbo, en 1986, ocupaba el puesto de Jefe de Desarrollo de Personal. Se basaba en los Principios de Deming, mejor conocido como el Padre de la Calidad, gracias a que llevó al éxito a Japón. Eran muchos los conceptos que se manejaban en el curso, pero uno que llamó mi atención fue el “autocontrol”, el que significaba que cada trabajador debe ser su propio inspector de control de calidad, no debe depender de un supervisor o de un jefe. Impresionante concepto, sin duda, ya que encierra toda una filosofía de disciplina, pero que lamentablemente no podía aplicarse del todo en las empresas mexicanas, por la cultura del “ay se va”, la prepotencia de los jefes, los malos sueldos, las malas condiciones laborales, las malas relaciones interpersonales entre compañeros de trabajo, la desconfianza entre jefes y colaboradores; y a todo esto había que agregarle la corrupción política en todos los niveles, lo que hacía muy difícil, y hasta la fecha lo es, que un trabajador tenga la consciencia de lo que significa trabajar con autocontrol. Autocontrol significa hacer las cosas simplemente bien, como lo indican los procedimientos, normas, y políticas de la empresa. Significa que no se cometerán fallas ni errores por falta de conocimientos, envidias, egoísmo, mala motivación, indiferencia, ni desconcentración. Autocontrol significa estar en el aquí y ahora, sin distracciones, haciendo el trabajo con pasión, con eficiencia, con gusto, respetando todos los pasos del proceso, pero sobre todo a los compañeros de trabajo. Autocontrol significa regresar al paso anterior el producto o servicio si no cumple con las especificaciones de calidad o señaladas en la orden de trabajo, sin que el compañero al que se le regrese se enoje. Esto es lo difícil en nuestro País. Es por ello que el autocontrol no se puede dar, porque el trabajador no regresa lo que está mal hecho por temor a que su compañero se moleste, teniendo que intervenir un supervisor, que muchas veces está de lado de uno o del otro, amplificando el problema. El autocontrol implica entrega, disciplina, orden, respeto, compromiso, y un trabajo en equipo ejemplar, donde todos se ayudan, se quieren y se llevan bien. Este 11 de agosto se cumplen siete años de la publicación semanal de esta columna. Mi agradecimiento infinito a todos los lectores por su preferencia y a El Debate por permitirme expresarme en sus páginas.