Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Viviendo en una época de la humanidad con tantos adelantos en todo, es absurdo que el progreso se vea manchado por personas que no dejan a otros ser felices. En lugar de vivir tiempos mejores, los problemas sociales incrementan su intensidad, ya que siguen siendo los mismos, más los nuevos que se van sumando. Ciertamente, vemos progreso en infraestructura urbana en las ciudades mexicanas y a los largo de la red de carreteras, así como también en todo lo que tiene que ver con tecnología e informática aplicada a maquinaria en general, trasportes de todo tipo, computadoras, televisores, radio, cine, sistema bancario, banca móvil, comercio electrónico, juguetes, entretenimiento, manufactura, confección de ropa y accesorios para vestir, intervenciones quirúrgicas en hospitales, y en una infinidad de formas que nos hacer sentir realmente que vivimos en el futuro. Y todo esto para bien. Debemos estar más que agradecidos de tener estas cosas que nos permiten gozar de una vida más práctica, gentil, llevadera, segura, sana, alegre, y fácil. Pero, es una verdadera pena que para elaborar todo ese progreso las personas se enfrenten a problemas de relaciones humanas, lo que no les permite gozar de un progreso en lo referente a las emociones o sentimientos que se necesitan para realmente vivir siempre contentos y sin conflictos interpersonales de ninguna índole. Si bien ningún órgano del cuerpo humano se transforma para una mejora que se denomine progreso, eso no significa que eso no sea bueno, ya que el cuerpo humano es una obra maestra que no caduca, a pesar de su inevitable envejecimiento que lo conduce a una muerte natural segura. El ser humano siempre se va a reproducir igual obedeciendo a la ley de su especie y genética. Siempre nacerán individuos con cabeza, tronco y extremidades, dos orejas, dos ojos, boca, nariz, etc., eso no lo podemos modificar; pero lo que sí podemos hacer es desarrollar el intelecto a través del aprendizaje, el análisis y la reflexión, para tener un mejor control de todo lo negativo, en cuanto a sentimientos que ya vienen con uno cuando nacemos, y optar por todo lo bueno que nos hace amar, respetar y proteger todo lo que nos permite vivir bien y sin problemas. El principal enemigo del progreso es el mismo ser humano, al no desarrollar su intelecto para que le indique cómo vivir mejor en este planeta y entre personas que sienten y piensan diferente. Para que le ayude a trabajar mejor en las empresas, a dirigir sin corrupción los gobiernos y empresas públicas, para orientar el alma de forma espiritualmente positiva en las iglesias, para formar profesionistas emprendedores y honestos en las escuelas y universidades, y para que inculquen la unión y amor familiar quienes han decidido por amor traer hijos al mundo. Debemos erradicar enemigos como la apatía, la desidia, el conformismo, la envidia, el egoísmo, la ambición del poder por el poder, el odio, la corrupción, la impunidad, el autoritarismo y prepotencia de los gobernantes y servidores públicos, la desconfianza, la desobediencia, y todo aquello que es perjudicial para el logro del progreso en todos los sentidos. Permitámonos disfrutar del progreso material que es bueno, a través del desarrollo intelectual, emocional y espiritual. Esto es responsabilidad de cada uno, sin duda, pero si todos optamos por hacer el bien, habrá un menor número de personas haciendo el mal, lo que es más fácil de controlar.