Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Hoy celebramos una ves más el “Día del Trabajo”, pero en lugar de festejarlo trabajando lo descansamos, y celebramos otras cosas, menos al trabajo. ¿Contradicciones? No. Simplemente, hay que aclarar que lo que se conmemora es a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. Ese mismo año, la Noble Order of the Knights of Labor, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo Estados Unidos. Por tal motivo, el presidente Andrew Johnson promulgó una nueva ley en laque se establecía ocho horas de trabajo diario. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80,000 trabajadores liderados por Albert Pearsons. A partir de allí, el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades norteamericanas, logrando que más de 400,000 obreros pararan en 5,000 huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista. La fábrica Mc. Cormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo de aquel año la policía disparó contra los manifestantes que, a las puertas de la fábrica, reivindicaban el nuevo acuerdo. Durante los siguientes días murieron más trabajadores, hasta que el día 4 una bomba estalló contra las fuerzas policiales, suceso conocido como "el atentado de Haymarket"… Esta historia, quizá poco conocida, es la que dio origen a los modelos de reglamentos de trabajo que están vigentes en la mayoría de las empresas del mundo, incluyendo México. Esto nos hace reflexionar que el trabajo debe ser solo un medio para la superación del ser humano, y que es necesario para tener ingresos económicos, es la única manera lícita de hacerlo. Entonces, empecemos por aceptar que debemos trabajar para ganar un sueldo que nos permita vivir. Lo que pasa es que la mayoría de las empresas no pagan lo suficiente, aunque se considere que es lo justo de acuerdo a carga de trabajo, responsabilidades, etc., y a pesar que la jornada laboral es de ocho horas, pero las condiciones laborales y prestaciones, dejan mucho que desear. La realidad es que 231 años después de aquel acontecimiento de Chicago, el trabajo sigue sin ser bien visto. Todos desean no tener que trabajar, y no porque no lo amen, sino porque las condiciones no son las idóneas como para amarlo realmente. Si usted quiere amar su trabajo, consiga uno que le guste y le apasione, donde esté de acuerdo con la paga y con las condiciones laborales. El empleador debe estar seguro de dar un trato excelente a sus trabajadores, y sobra decir que les dé más que un sueldo justo, uno que sea equitativo con lo que les hace ganar en utilidades, y no repartirlas mañosamente una vez al año, sino en cada día de pago. Los trabajadores saben cuánto gana la empresa, y se sienten extremadamente desmotivados cuando el sueldo que reciben es totalmente desproporcional a las ventas. Celebremos que a pesar de todo, existen reglas y leyes justas que nos permiten a todos trabajar con dignidad, ya si la paga no es la que necesitamos es tema de buscarle por otro lado, pero por ningún motivo debemos odiar el trabajo por habernos empleado en el lugar equivocado. Cada trabajador es responsable de superarse para tener un mejor sueldo, y una empresa es responsable de compartir su éxito económico, proporcionalmente con quienes le ayudaron a lograrlo.