Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Este fenómeno se da mucho en las empresas y es altamente dañino, ya que los problemas que provoca afectan directamente a los resultados y a las relaciones interpersonales e interdepartamentales. El acaparamiento de responsabilidades es un trastorno caracterizado por la tendencia a la acumulación de actividades y compromisos, además de encargarse de autorizar casi todo en la empresa, en forma excesiva en referencia a las cantidades laboralmente aceptables y la incapacidad o nulo deseo para deshacerse de ellas, incluso si algunas no le corresponden directamente, o bien puede delegarlas. Este acaparamiento compulsivo perturba la natural fluidez de los procesos operativos y administrativos, e interfiere en las actividades de los demás trabajadores y departamentos. Cuando son una o dos personas las que autorizan cualquier procedimiento, como la gestión de una compra, un permiso para faltar, vacaciones, o la emisión de un cheque, si no están disponibles o no están localizables, se generan retrasos, y angustia, perjudicando el estado de ánimo de los trabajadores afectados. Este síndrome personifica un apego excesivo a las responsabilidades al punto que se niegan a deshacerse de ellas ante el temor de perder autoridad, legitimidad o poder. Los más propensos a padecerlo son los patrones o dueños de empresas, sobre todo las micro, pequeñas y medianas, principalmente por temor a un desfalco económico o falla en la operación, pero en la mayoría de los casos es por falta de confianza en el personal. También se presenta en gerencias generales y departamentales, o incluso en personas muy allegadas al patrón que bien puede ser un hijo, un pariente, o un trabajador de toda su confianza. Nadie debe tener más responsabilidades que las que el puesto demanda, ya que sobresaturar a alguien lo lleva a ser ineficiente ante la falta de tiempo; pero, lo más peligroso es que acumule poder, y si es una persona negativa, prepotente, envidiosa, y egoísta, condicionará cosas como permisos y autorizaciones en perjuicio del ambiente laboral y del buen rendimiento de los trabajadores. Para evitar el acaparamiento de responsabilidades en un solo individuo o dos, es necesario que se ponga sobre papel cómo está conformada la estructura de la empresa, cuáles son las actividades de cada quien y cuáles son los límites de autoridad de cada jefe. Debe quedar por escrito quiénes pueden ordenar y autorizar, y quiénes lo harán en ausencia de estos. Para poder confiar en todos los trabajadores es vital que se contrate con eficacia al personal idóneo, que cumplan con requisitos de habilidades, cualidades y de valores humanos; mantenerlo capacitado al cien por ciento todo el tiempo; tener controles en todos los procesos, sobre todo en los más críticos, exigiendo entrega de reportes diarios que dejen ver el cumplimiento y la transparencia de sus labores; tener un excelente ambiente laboral donde impere la armonía, buena voluntad, espíritu de servicio y de trabajo en equipo.