Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Es inminentemente necesario que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), convenga romper con el viejo, nada práctico, y altamente desmotivador y perjudicial paradigma del sistema de salarios mínimos como forma de pago a los trabajadores de las empresas mexicanas. Es ridículo que aún se mantengan salarios mínimos que no alcanzan para la manutención digna de una familia,Best Replica Watches o de una persona. Esto es como un juego macabro y cínico en el que los responsables de tomar decisiones en esta materia, cada año se engañan solos, sabiendo que esos salarios están fuera de toda lógica. Afortunadamente, muchas empresas no los pagan, por un lado porque saben que es inmoral y por otro porque ningún trabajador les aceptaría laborar con tan bajo ingreso. Sin embargo, hay empresas que sí son inmorales, aunque justificando que es lo permitido por la ley, y hay una gran cantidad de personas que los aceptan con tal de tener un ingreso, ya que peor sería no ganar nada. Inmoralidad, falta de sensibilidad social de los políticos, incompetencia laboral, falta de estudios, pobreza, altas y urgentes necesidades de dinero, y una sociedad conformista y miedosa (o astuta y precavida), son los ingredientes que no permiten que se instale un régimen de salarios mínimos a la altura de las necesidades actuales y de la dignidad de las personas en nuestro País. Un trabajador debe ganar de acuerdo a su rendimiento y al valor que le genere a la empresa; es decir, un sueldo podría ser variable, de acuerdo a resultados y partiendo de un sueldo base generoso que le garantice el ingreso al que tiene derecho. Resulta desproporcional que una empresa tenga millonarias ganancias pagando sueldos que apenas les permitan vivir bien a sus trabajadores, a quienes le ayudaron a tener esas ganancias millonarias. Esto causa suspicacia y enojo en esos trabajadores, quienes sabiendo que reciben un sueldo religiosamente, se desaniman tan sólo al pensar que el patrón se queda con mucho dinero y que no les comparte nada, salvo las utilidades que son repartidas por ley y que muchas veces no son las reales. Hoy en día, un trabajador es más productivo cuando siente que le están pagando proporcionalmente al esfuerzo que aplica en sus labores diarias. Si trabaja y rinde más, o si le produce más ganancias a la empresa, espera que le paguen más, y no la misma cantidad cada mes, porque su pensamiento tenderá a mantener una productividad acorde a ese ingreso, de modo que si es bajo, se adaptará a lo que él cree es lo que debe trabajar, no se esforzará más, y si lo hace lo hará a regañadientes y protestas, lo que a la larga, o a la corta, fomenta deslealtad, robo hormiga, fraude, y que renuncie ante cualquier mejor oferta de trabajo. Lamentablemente, hoy, el dinero es un factor determinante en el rendimiento y aprovechamiento en el trabajo, por lo que es recomendable que los empresarios apuesten a pagar más y lo correspondiente a los resultados de un trabajador, para que éste cada vez esté motivado a generarle más ganancias a la empresa, generándose un círculo virtuoso y progresista. Las empresas que sigan pagando poco y mal a sus trabajadores, seguirán teniendo muchos problemas que les impedirán tener el éxito por el que tanto se esfuerzan sus dueños todos los días, lo que les resulta desgastante, desesperante, y los orilla a no creer en las verdaderas capacidades de sus trabajadores.