Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Las elecciones del domingo 7 de junio pasado, dan clara muestra de que las cosas en materia de elecciones deben cambiar. El índice de abstención y anulación de votos es una evidencia de que el elector ya está harto del modelo político mexicano que se caracteriza por el cinismo, la simulación, las falsas promesas, incumplimiento de propuestas, clientelismo, acarreo, compra de votos, pero sobre todo por el descaro de querer tener un puesto público a como dé lugar, para tener un sueldo seguro y otras canonjías. ¿Hasta cuándo, se dejará de ver al sector público como la oportunidad de hacerse de dinero fácil? ¿Hasta cuándo, los políticos, se darán cuenta que el gobierno está para servir y regular, y no para tomar dinero en perjuicio de la ciudadanía? Es una pena muy grande que en Sinaloa, por ejemplo, el abstencionismo haya alcanzado un 62 por ciento, ocupando el cuarto lugar a nivel nacional, tan sólo después de Aguascalientes con el 63 por ciento, Chihuahua con el 67.9, y Baja California con el 70.4. El juego de las elecciones resulta sumamente caro para México, pero eso no parece importarle a nadie. Quizá porque la mayoría de la gente no sabe, o no entiende, que todo eso se paga con los impuestos que todos los mexicanos pagamos. Este derroche de dinero es un crimen imperdonable en un País donde hay muchas carencias e ineficiencias en todas las oficinas de gobierno. Las elecciones en México son un juego donde no importa lo que se gaste con tal de ganar el gran premio del puesto público, ya que lo que ganarán lo justifica todo. Al parecer, las cosas van a cambiar. Sólo espero que sea para ajustarse a la ética política que permita el desarrollo del País, y con ello se enmiende la imagen de los políticos, por el bien de todos en general. El hecho de que candidatos independientes hayan ganado, es señal de que hay sectores muy precisos en México de que ya no quieren a los partidos, y se han animado a decirlo a través del voto. No es representativo el número de candidatos independientes que ganaron, a pesar de que uno de ellos haya ganado la gubernatura de Nuevo León. Lo que podemos ver es que ganaron las personas con capacidad y experiencia. Hubo muchos independientes que perdieron. De modo que los reajustes en la forma de votar se concentran más en las personas que en el partido, ya que hubo personas que cambiaron de partido para contender, cosa que evidencia la ambición o desesperación de tener un cargo público. Algo bueno que se deja ver es que aunque el electorado se abstenga, las cosas salen bien en cuanto a que no hubo grandes desmanes que lamentar el día de las elecciones, a pesar de amenazas y disturbios en lugares muy bien ubicados y que regularmente son conflictivos. La ausencia de revueltas marcadas y anomalías permiten asegurar que las elecciones salieron bien. Algo más para aprender es que los partidos llamados chiquitos han ocasionado que la pluralidad se haya ampliado en la palestra política restando votos a los partidos grandes. Esto, para bien o para mal, ya que ellos sabiéndose fiel de la balanza, venderán muy caros sus votos para sacar reformas cuya iniciativa sea de los partidos grandes. El mundo actual es vibrante y cambiante. La política mexicana debe dar un giro mayúsculo ya, empezando por desaparecer las viejas y perjudiciales prácticas políticas que tanto daño le han hecho a toda la sociedad mexicana. Esto, sólo lo pueden empezar a cambiar los actuales políticos, con voluntad, ética, y amor al prójimo. swiss replica watches | www.bestclock.cn