Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Resulta muy lamentable que en pleno siglo 21, con una gama inmensa de adelantos académicos, científicos y tecnológicos, la gran mayoría de las empresas continúen en una línea de mediocridad y conformismo, en las que los dueños y trabajadores sólo hacen lo mínimo necesario para mantenerse a flote, y conjuntamente con ellos el aparato gubernamental como principal protagonista y patrocinador de que en México la mediocridad sea el común denominador que sofoca y retarda todo intento y buena intensión de progresar y apostarle a incursionar en el paradigma de la excelencia. rolex-datejust-replica.detimer.net rolex datejust replica Cuando yo era niño, en mi muy inocente manera de ver el mundo,Rolex Replica Watches me lastimaba ver cómo siempre ganaba el mismo partido en todo tipo de elecciones. Ya como niño, el sentido común natural me decía que eso no estaba bien. Que todo dependiera del gobierno era lo que no permitía que México fuera un País rico y progresista, porque los políticos se quedaban con el dinero y no lo invertían realmente como debería de ser a favor de toda la sociedad. El pasado histórico de nuestra nación, plagado de guerras, invasiones extranjeras, y de tanto desfalco y atrocidades cometidas por quienes han gobernado y han trabajado como servidores públicos en distintas épocas, han marcado a los mexicanos y los han sumido en el paradigma de la mediocridad. ¿Qué es un paradigma? Es un patrón o modelo, una forma de hacer las cosas, ya sea dictadas por una regla, norma, estándar, o por una costumbre. Los paradigmas suelen estacionarse en la vida de las personas y de las empresas cuando dan resultados positivos y excelentes beneficios, pero el problema con ellos es que tienden a convertirse en una regla muy poderosa y en la única una forma de ver las cosas, olvidándose de la existencia de otras que pudieran ser mejores, y causando una ceguera que impide ver que el paradigma existente ya se ha hecho obsoleto y que puede y debe cambiar. El paradigma de la mediocridad en las personas se hace notar cuando el individuo cree que no puede salir adelante por causas de su familia, aceptando su desdicha porque esa fue la familia que le tocó y no hay nada más qué hacer. No hacer nada por superarse y aceptar una vida pobre y mediocre porque esa es la vida que le tocó, nos habla de una persona totalmente atrapada en el paradigma de la mediocridad, éste lo ha convencido que es lo normal y lo ha cegado al grado que no le permite ver ninguna otra opción de superación. El conformismo galopante en la inmensa mayoría de la gente cuando dice que no le va mejor en la vida por la estatura que le tocó y que lo arrincona en el complejo de inferioridad, el cuerpo que le tocó, el color de piel que le tocó, la colonia que le tocó, la clase social que le tocó, el País que le tocó, el presidente de la república que le tocó, y así se la pasa justificando sus desgracias y frustraciones, es lo que no permite que todos juntos salgamos adelante y nos convirtamos en una nación rica y progresista. Para sacudirnos ese paradigma de la mediocridad debemos preguntarnos cada mañana: ¿Qué puedo hacer hoy para mejorar mi circunstancia de vida? ¿Para que soy bueno? ¿Qué me apasiona? ¿Cuál es la misión por la que he venido a esta vida? Contestar a todas estas preguntas y actuar. Hay que hacer las cosas que nos permitirán tener una mejor vida. No quedarse con la idea rondando en la cabeza. Planear y planear es significado de miedo para aterrizar y concretizar dichas ideas. Mucho planear y nada de aterrizar es señal de cobardía, dejadez, engaño, y de haberse estacionado en el pretexto de los “así me tocó” y estar condenado a vivir prisionero en el paradigma de la mediocridad para siempre, haciéndose daño a sí mismo, su familia, sus compañeros de trabajo, y a la sociedad en general.