EMPRESAS DE EXITO

TALENTOS DESENFOCADOS O INEXPERTOS

Oscar Fosados Arellano

Estamos viviendo una época privilegiada en la que tenemos cientos de miles, si no es que millones, de personas que poseen un talento extraordinario en cuanto a habilidades e inteligencia, pero que lamentablemente no se nota porque se encuentran laborando en empresas que no les permiten desarrollarse, desaprovechando imperdonablemente los beneficios de sus talentos, induciéndolos a un inevitable desenfoque que los sumerge en la mediocridad, transformándolos en personas sin aspiraciones y de resultados poco efectivos. El factor inexperiencia también hace presa fácil a los nuevos profesionistas a caer en caminos mediocres desaprovechando su talento potencial, ya que no hay empresas que los contraten por su novatez. Son pocas las organizaciones que pueden realmente ofrecer un puesto formal para que un nuevo talento se desarrolle, porque tienen presupuesto para ello, además de programas específicos de capacitación con instructores preparados y especializados, lo que les permite mantener una plantilla fresca de trabajadores y con un enfoque definido para cada uno de ellos; pero la inmensa mayoría de las empresas, lo único que pueden ofrecer a un nuevo talento es empleo sin estructura definida y un sueldo bajo, conduciéndolo en el corto plazo a mal formarse con todos los vicios y malas prácticas propias del puesto y de esa empresa en particular, lo que termina por afectarlo en su desempeño y desarrollo, y hasta lo desmotiva, desilusiona y desesperanza. Es una pena toparse con profesionistas talentosos, por ejemplo, que ni parece que estudiaron una carrera profesional, porque son un manojo de quejas y de expresiones de inconformidad que no van con su nivel laboral o jerarquía. Al emplearse en empresas carentes de estructura y valores laborales, se desenfocan con facilidad convirtiéndose en personas frustradas y resentidas, lo que les impide ver el potencial que están desaprovechando y desperdiciando; pero sobre todo el tiempo que la mayoría de las veces pasa tan veloz que cuando se dan cuenta ya es demasiado tarde para volver a empezar. Lo mismo ocurre con personal sin estudios profesionales y de nivel técnico. Todos son un dolor de cabeza para las empresas cuando sus talentos se desenfocan por causas de una mala organización o deficiente clima laboral. Una empresa debe ser desarrolladora de talentos. No puede escatimar dinero ni esfuerzo en hacerlo. Su principal objetivo es tener a los mejores trabajadores, para asegurar los mejores resultados, siempre. Un trabajador talentoso no debe contaminarse cuando se emplea en una empresa desorganizada y sin valores. Si no puede ayudar con sus conocimientos e iniciativa, debe mostrar siempre un buen comportamiento y aprovechar su estancia para adquirir experiencia y aprender mientras encuentra un nuevo trabajo.