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Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana

EMPRESAS DE EXITO

NO SOMOS DE CRISTAL

Nadie puede ver a través de uno, nadie somos de cristal como para dejar ver lo que realmente hay dentro de uno, en nuestros sentimiento ni en nuestro pensamiento. Nadie somos capaces de ver el interior de los demás, es por ello vital que sepamos expresarnos con claridad, sobre todo en aquellas cosas que es importante que lo demás deben saber. El ochenta por ciento de los problemas que tenemos, en la familia, en el trabajo, con los amigos, con los clientes en las empresas es por fallas en la comunicación y que empiezan por la ausencia de ésta, es decir, cuando no comunicamos nada en situaciones en que deberíamos hacerlo. La incomunicación o carencia de ésta en los centros de trabajo son la causa principal de que no haya buenas relaciones, se den errores y se dé mal servicio a los clientes. Muchos problemas que se dan a diario en el trabajo están relacionados por la mala comunicación, por ocultarla o no saber emitirla. Las diferentes personalidades, maneras de ser y de pensar que se dan en las empresas propician también las distintas maneras de percibir a la comunicación. No hablar, no informar o no comunicar es un pecado mortal de consecuencias regularmente desastrosas. ¿Pero, cuáles son las razones por las que no nos comunicamos? Analicemos las principales: 1. Pena. Es la vergüenza o cortedad que se presenta para decir algo, ya sea por timidez o carácter débil. 2. No saber cómo hacerlo. Las empresas deben contar con reglas, formatos amigables y canales totalmente confiables para que los trabajadores no duden en querer comunicarse en todo momento. 3. Desconfianza. Implica inseguridad, lo que resulta ser altamente nocivo en los procesos de trabajo y las buenas relaciones. 4. Miedo. Temor a ser regañado o sancionado, aún sin ser responsable de algo que ha fallado en el trabajo. Pero, también cuando el trabajador no está rindiendo por problemas familiares o de índole personal en el sentido de creer que merece un mejor sueldo o un ascenso. Temor a quedar mal por comunicar algo que repercutirá en sus compañeros. 5. Desconocimiento de lo dañino que es no comunicar algo importante. No comunicar es lo peor que le puede pasar a una empresa. 6. Desinterés. En este caso se trata de trabajadores que a pesar de saber que deben comunicar algo no lo hacen porque no les importa si la empresa sale perdiendo, ya sea porque tienen algún resentimiento debido a que no les han cumplido algo o porque ya no están a gusto trabajado ahí. En todos los casos los jefes inmediatos son los responsables de crear la confianza y establecer los canales adecuados para que los trabajadores no oculten información importante, y siempre tengan la certeza de que están haciendo lo correcto en bien de la empresa y de ellos mismos Callar cualquier cosa, por el motivo que sea pensado que el jefe lo debe imaginar, no sólo alargará solucionar la inconformidad o contrariedad, sino que ocasionará que los problemas suban de tono y se multipliquen. Los jefes no son adivinos, ni pretenden querer serlos. Cada trabajador es responsable de comunicar cualquier sentimiento, enojo, inquietud, disconformidad, opinión, eventualidad o sugerencia oportunamente, para que las operaciones de trabajo se den en tiempo y forma y siempre exista un clima de armonía y respeto en la empresa. No olvidemos que nadie estamos hecho de cristal, nadie puede ver a través de uno, por lo que siempre será mejor comunicar lo que sintamos en el momento justo y con la seguridad de que estamos haciendo lo correcto.