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REFLEXIONES EJECUTIVAS

MAZATLÁN MERECE UN MALECÓN DE PRIMERA

Recientemente fui a caminar por el malecón, desde Monumento al Pescador hasta donde se encontraba el Monumento a la Cervecería. Con mucha tristeza pude notar lo deteriorado que se encuentra, debido principalmente a la mala o inadecuada calidad de los materiales con el que se hizo cuando fue ampliado hace pocos años. Con mucha pena tengo que calificarlo como un malecón de quinta, inaceptable y absolutamente inmerecido para Mazatlán, ya que es la cara principal, y porque no se vale que se malgaste dinero que con mucho trabajo se consigue. tag-heuer-carrera-replica.omegaaffordable.com tag heuer carrera replica Es una verdadera pena, pero es la realidad, en nuestro puerto no hay autoridades municipales comprometidas ni constructoras con un poquito de vergüenza. ¿Cómo es posible que el principal atractivo de Mazatlán sea un malecón con mediocres acabados, cuyo piso está desprendido, los barandales oxidados, los norayes o postes pésimamente pintados con lámparas fundidas o inservibles, las pequeñas glorietas con monumentos, como el de La Pulmonía, con fuerte olor a orines, desorden de las bancas y maceteros viejos que están por retirar, en sí, quienes digan que tenemos una infraestructura de malecón bonito, seguro y funcional, es que se conforma con poca cosa. Disculpen, pero no creo que exagero, ya que si realmente nos consideramos un destino turístico de primera, nuestro malecón debería ser de primera también. Antes que replantar palmeras, debieron haber hecho un nuevo malecón de calidad, sustituyendo el barandal por otro de un material resistente a la corrosión y con una estética más acorde a nuestro puerto. Durante muchos años tuvimos una pequeña barda de piedra que servía al mismo tiempo como banca. ¡Qué tiempos aquellos! También teníamos una playa más ancha, y muchos accesos. Pero bueno, a veces las buenas cosas no pueden permanecer así, porque tienen que adecuarse a nuevas necesidades, o nuevos intereses. La palmeras replantadas no hicieron más feliz mi caminata, al contrario sentí que estorbaban. Quizá sea por la falta de costumbre; pero, ver troncos repetitivamente no agregaban ningún valor a mi vista. No sé por qué, pero esas palmeras no terminan de gustarme ahí. Me disgusta que el dinero del pueblo no sea bien invertido. Esas palmeras sólo servirán para una foto en panorámica, ya que una hilera tan larga de éstas sí impresiona. La iluminación que les colocaron no da el efecto que se pensaba , al mirarlas de lejos por la noche parece que están cortadas, que la parte superior está suspendida en el aire. Además esos tubos conductores del cableado desentona por completo haciendo que chafee la obra en su conjunto. No descalifico el esfuerzo. La palmeras sin duda dan belleza a la panorámica del malecón. No se puede negar que la idea es buena, pero no era la mejor, y no tanto porque no sea bella, sino por el enorme gasto que implica su mantenimiento, principalmente el eléctrico, tanto en gasto de luz como en reposición de lámparas fundidas, tubos conductores de cableado que pronto cederán a la corrosión ambiental causando mal aspecto, que no lo teníamos ante la ausencia de palmeras. Los ayuntamientos se caracterizan por no dar mantenimiento de calidad a nada, ¿entonces, para qué plantar más de 300 futuros problemas, si no pueden con el mantenimiento de banquetas y barandales? Si tuviéramos ayuntamientos ricos y que se distinguieran por la calidad de sus obras y su mantenimiento oportuno y adecuado, entonces que planten mil palmeras, pero sumar problemas a los que ya tienen, no se me hace coherente. Espero que finalmente luzca muy bonito, y que con el tiempo, reparen el deterioro. De todos modos el malecón es precioso por la vista maravillosa del mar y la inmensidad del cielo que cada tarde nos regala los atardeceres más bellos del mundo. Para nada pienso dejar de hacer mis caminatas por el malecón, porque más allá del cemento de su banqueta y de las plantas de ornato, recibir la briza marina sobre mi rostro y tener la dicha y el privilegio de ver el mar, y escuchar el sonido de sus olas, es un regalo divino de esta vida que no cambio por nada. Caminar por el malecón es una práctica sana muy agradable, es por ello que hago un llamado a las autoridades correspondientes, para que pongan atención en lo importante que es tenerlo lo mejor posible, ya que además es nuestra carta de presentación ante los turistas. No entiendo por qué se tiene tan descuidado todo lo que es de interés para el turismo. Además de que es perjudicial para el destino turístico, es una falta de respeto para los ciudadanos que también somos turistas en nuestra ciudad. swiss made replcia watches | ok-replicak.com