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Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana

REFLEXIONES EJECUTIVAS

A MI MAMÁ CON AMOR

Mamá, hoy te dedico mi columna con mucho orgullo pero con los sentimientos encontrados del dolor de tu partida y la alegría de saber que has cumplido de forma sin igual tu misión en esta vida. swiss made replica watches Hoy extrañaré tanto no leerte la columna, como acostumbraba hacerlo a ti y mi papá inmediatamente después de terminarla. Gracias mamá para escucharme, gracias por apoyarme en lo que escribía, y por los comentarios que siempre hacías. Sé, comprendo y acepto que los humanos no somos para siempre, y que algún día tenemos que morir, y a ti te tocó partir el pasado 12 de diciembre,www.ireplicas.com el día de la Virgen de Guadalupe. Familiares y amigos concuerdan en la gran dicha de que hayas sido llevada al Cielo por la Virgen de Guadalupe, y coincido con ellos. Te fuiste un día hermoso y en el mes más bonito del año, me puedo sentir muy bien por ello. tag heuer replica watches Quiero compartir mis sentimientos con ustedes, queridos lectores, porque el objetivo de esta columna es reflexionar sobre todo lo que nos permita crecer y mejorar. Muchos de ustedes tienen a su mamá con vida, como yo la tuve durante muchos años, ella falleció a los 88 años, y mayor bendición de Dios no pude haber tenido. Cuando los padres envejecen suelen enfermar más a menudo y se vuelven exigentes y demandantes sobre todo de amor, cariño, comprensión, y lo más importante, compañía física; compañía de calidad, aun si nos causan desesperación sus lentos movimientos, o sus pláticas, o sus quejas y aflicciones, o lo que sea. No debemos olvidar que ellos nos aman y que son seres humanos con sentimientos y que sufren, por lo tanto tiempo, cariño y amor no se les debe negar. Yo tuve la gran fortuna de convivir con mi mamá todos los días, porque la tenía viviendo en casa, y pude ver cómo envejecía y disfrutar de la forma más positiva cada achaque, cada enfermedad, cada enfado, pero en particular todos los momentos felices cuando me platicaba de su vida de niña, de sus gustos, de sus planes, y de todo lo que necesitaba, y yo siempre la complací en todo lo que se pudo. Para mí era un placer hacerla pasar momentos agradables de la forma que fuera, siempre hay una manera de hacerlo, a pesar del trabajo, de mis compromisos personales, y de mi cansancio. Doy gracias a Dios que me permitió darme cuenta que tener a mis papás ancianos e imposibilitados para valerse por sí mismo, más que una obligación es un acto de amor y gratitud, y siempre lo hice así con mi mamá, hasta su último suspiro. Hoy me doy cuenta que cuanto más se ama a una madre el dolor de su partida es más intenso, pero ese mismo amor es bálsamo divino para sobrellevar ese dolor hasta llevarlo al recuerdo gozoso de lo que fue en vida. Lloro tu partida porque me duele tu ausencia, porque es muy duro no verte y no sentir el calor de tus manos, escuchar tus pláticas, solucionar tus problemas, satisfacer tus necesidades, pero lo que más siento es ya no recibir ese beso maternal y amoroso y tu bendición todos los días cuando voy a trabajar. En esta ocasión quiero decirte una vez más lo mucho que te amo, y darte la gracias por la gran madre que fuiste. Fuiste una mujer entregada cien por ciento a tu familia y a tus convicciones. Gracias por los valores que nos inculcaste y por las enseñanzas para ser personas de bien. La mejor herencia que recibo de ti me la diste en vida, cada día con tu amor y tus cuidados, y tu preocupación porque siempre nos fuera bien a todos. Mamá, sin duda alguna fuiste única. Tan pronto cerraste tus ojos para siempre una calma divina invadió mi pecho sintiendo que una gran madre había partido en paz porque había cumplido exitosamente su misión en la vida. Mi corazón está tranquilo porque está lleno del amor que me diste cada día mientras viviste, y ese amor es el que me permite salir adelante, para continuar con la misión que Dios me ha encomendado. Sé que estás bien. Sé que estoy bien. Hoy mi columna es para ti y sólo para ti, te la leo a ti primero como siempre aunque ya no estés presente físicamente, y jamás dejaré de hacerlo, porque sé que desde el Cielo me escuchas con atención y a través de mi pensamiento me harás saber tus comentarios. Mamá, te conocí llorando un 3 de agosto de 1958, el día de mi nacimiento, y ahora te despido también con lagrimas, porque la vida es así, llorar y reír, gozar y sufrir, nacer y morir. “Tu ejemplo, tu honor y amoroso corazón se quedarán por siempre como guía en el sendero de nuestras vidas”. Te extrañaremos con mucho amor, porque lo que fuiste en vida es insuperable y hermoso ejemplo de entrega total a tu familia, un inmenso cariño por todas las amistades que supiste ganarte, y a tu constante preocupación por el bienestar de los demás. Nuestro profundo agradecimiento, reconocimiento, y admiración por todo lo que nos diste en vida. A todos los que tienen a su mamá, ámenla mucho, cuídenla, respétenla, platiquen largamente con ella, ofrézcanle tiempo de calidad, y muchas horas de compañía. Les deseo a todos una Navidad llena de amor y de paz. relojes de hombre